Estrada expuso lo que llamó la doble vara del Gobierno. Enumeró una larga lista de medidas votadas sin explicar de dónde saldrían los fondos: quita de Bienes Personales, beneficios impositivos a grandes empresas con el RIGI, baja de retenciones al agro y la minería, blanqueos con rebajas de impuestos y hasta una reforma laboral que reduce Ganancias a empresas por más de 2.000 millones de dólares. Para todo eso, dijo, nunca hubo problema de financiamiento. El problema aparece cuando se habla de universidades, jubilaciones, discapacidad o salud.
El repaso de los números fue contundente: recortes del 93% en educación técnica desde 2013, 76% menos en becas estudiantiles, 39% de ajuste al CONICET, 46% menos en bonos a jubilados, caída total de la asistencia a provincias y municipios. Mientras tanto, la única partida que crece fuerte es la de la SIDE, con un aumento del 19%. “Aplausos para la inteligencia, ajuste para el resto”, ironizó.
También apuntó contra el Canciller y el manejo “opaco” del acuerdo financiero con Estados Unidos por 20 mil millones de dólares, del que —según denunció— no se conocen tasas, condiciones ni compromisos reales. Y lanzó una advertencia: el Gobierno podría volver a endeudarse por decreto, sin pasar por el Congreso.
Con la calle movilizada y el clima político caliente, Estrada cerró dejando clara la postura de su bloque: no solo rechazan el Presupuesto 2026, sino que presentaron un dictamen propio con prioridades claras. Educación pública, ciencia, jubilaciones, discapacidad y salud no se negocian. Para ella, el debate no es técnico: es político. Y tiene ganadores y perdedores bien definidos.