Hoy, los jóvenes son protagonistas en la defensa de estos derechos: participan, reclaman, organizan campañas, levantan la voz en redes y señalan injusticias que antes pasaban desapercibidas. En Argentina, la jornada invita a reflexionar sobre nuestra historia, a valorar las conquistas logradas y a no bajar la guardia frente a situaciones de discriminación, vulneración o abuso.
El mensaje central sigue vigente: los derechos no se negocian y se defienden todos los días. Con empatía, participación y compromiso, las nuevas generaciones pueden construir una sociedad más justa, diversa e igualitaria.