Lejos de pedir disculpas, desde su espacio político redoblaron la apuesta: mensajes en redes con insultos, burlas y comentarios clasistas contra los trabajadores. Una postal que resume el tono de campaña libertaria: violencia verbal, soberbia y cero empatía.
Pero Moreno no es un caso aislado. En los últimos días, otros referentes de Milei también fueron repudiados por vecinos riojanos. Gino Visconti, candidato a diputado nacional, fue increpado por la quita de pensiones a personas con discapacidad y respondió con una sonrisa burlona. Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, tampoco se salvó del escrache público: vecinos lo enfrentaron por el escándalo de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad, y su reacción fue desafiante, al mejor estilo patotero.
Todo esto pinta un panorama claro: la violencia no es un error dentro del mileísmo, es su forma de hacer política. Los insultos, los ataques personales y el desprecio por el otro son parte de su manual de campaña. En vez de debatir ideas, responden con gritos; en vez de escuchar al pueblo, lo agreden.
En Chilecito, la “casta” libertaria mostró su verdadera cara: la de un espacio que convierte la crueldad en espectáculo y la agresión en estrategia.
ߒ¬ Y vos, qué pensás: ¿esto es política o pura patotería disfrazada de libertad?