Los barrios más golpeados fueron San Miguel, Anguinán, Paiman Norte, Castro y Bazán y Los Altos. La lluvia fue tan fuerte que varias tapas de cloacas salieron volando y lugares enteros quedaron bajo el agua. Mientras tanto, Bomberos, Aguas de La Rioja, Vialidad y Electromecánica trabajaron toda la noche entre tormenta, oscuridad y calles peligrosas.
Nieto remarcó que siempre se prioriza la vida antes que los bienes, y pidió responsabilidad: mucha gente se mete en zonas inundadas y arriesga no solo su vida, sino la de quienes tienen que rescatarla. Además, insistió en que hay que prepararse antes, revisar techos, desagües y no conectar todo a la cloaca, porque eso hace colapsar todo el sistema cuando llueve fuerte.
La lluvia seguirá en diciembre, enero y febrero, así que la recomendación es clara:
limpiar techos, sacar basura, revisar desagües y no arriesgarse en crecientes.