El ACV ocurre cuando el flujo de sangre hacia una parte del cerebro se interrumpe, lo que puede causar graves daños y dejar secuelas. Es la segunda causa de muerte y la principal causa de discapacidad en adultos a nivel global. Pero lo más importante es que en muchos casos se puede prevenir.
Llevar una vida activa, alimentarse bien, controlar la presión arterial y evitar el cigarrillo y el exceso de alcohol son claves para reducir el riesgo. También es fundamental reconocer los síntomas de alerta: dificultad para hablar, pérdida de fuerza en un lado del cuerpo o desviación de la boca. Ante cualquiera de estos signos, hay que actuar rápido y acudir a un hospital.