Con esta jugada, los jubilados se quedan sin el aumento que esperaban y el Gobierno suma una victoria política. Milei se planta como “el que no negocia”, mientras la oposición sigue discutiendo entre ausencias, traiciones y votitos que se diluyen.
En resumen: el oficialismo ganó, la oposición perdió otra batalla, y los jubilados siguen esperando que alguien se acuerde de ellos.