Para cuidarse del calor, se recomienda: Hidratarse con agua, preferentemente, y tomar líquido aunque no se tenga sed.

Evitar el consumo de bebidas con cafeína, alcohol, grasas y azúcares. Usar ropa ligera, holgada y de colores claros.


Protegerse del sol con un gorro y anteojos oscuros. Evitar exponerse al sol entre las 10 y las 17 horas.

Utilizar protector solar con un factor de protección solar (FPS) mínimo de 15. Comer frutas y verduras frescas.

Evitar comidas calóricas y abundantes. Permanecer en lugares frescos y bien ventilados. Reducir la actividad física en los momentos más calurosos.

Los bebés, los niños, los adultos mayores y las embarazadas son los grupos más vulnerables al calor.

Si se presenta un golpe de calor, se debe: Trasladar a la persona a un lugar fresco y tranquilo. Hacer que la persona mantenga la cabeza en alto.

Mojar su ropa. Aplicar hielo en la cabeza. Darle de beber agua fresca o un poco salada. Solicitar ayuda médica.